Clienta: ¿Tienes estos libros? (Me muestra tres títulos).
Yo: Permíteme y los busco (Reviso en el sistema, voy a los libreros, le entrego los títulos).
C: Gracias, voy a estar en la cafetería.
Y: Claro, sólo te informo que si vas a consumir alimentos y bebidas no puedes tener los libros en la mesa de cafetería.
C: Ah… no, sólo los voy a ver.
Y: (Subo minutos después, los libros abiertos junto a dos tazas de café y un plato de pastel de chocolate) Hola, me parece haberte dicho que no se podían pasar los libros al área de cafetería y consumir.
C: Ah, sí, perdón, no me acordaba.
Y: A no ser que los pienses comprar si quieres me los puedes entregar para que los coloque en su lugar.
C: Toma (me entrega dos libros). Este sí me lo voy a llevar.
Y: Muy bien, gracias.
C: (Después de un tiempo baja y me entrega el libro maltratado). Toma, no me lo voy a llevar.
Y: Pero el libro está maltratado.
C: No, así me lo diste tú, no lo quiero y no estoy obligada a pagarlo (lo bota en una mesa y sale).