Cliente al teléfono: Hola quisiera saber si tienen los libros (menciona varios títulos de varios autores)
Yo: Sí los tengo, ¿quiere que se los reserve?
C: Sí.
Y: ¿A nombre de quién?
C: Pues venden libros míos ahí, ya sabrás quién es, ¿no?
Y: (En mi mente) ¡¡Oh!! Señor Cervantes, aquí tengo sus libros… ¿o me equivoqué? ¿acaso hablo con Doña Inés de la Cruz? Disculpe señor Borges, siempre confundo su voz.