Clienta: Hola, me gustaría pedirte el libro de Los de debajo de Mariano Azuela.
Yo: Claro, en seguida te lo traigo.
Misma actriz mencionada: ¿Ese libro es bueno?
C: Sí, es un clásico de la literatura mexicana.
Y: Sí, es bueno.
A: Es que he escuchado que mucha gente habla del libro y pienso que entonces ha de ser muy bueno. O sea, y si es tan bueno y todo mundo lo está leyendo pues yo también quiero leerlo. A mi dame uno igualmente.
Y: Sí (les entrego los libros).
C: Gracias (se dirige a pagar).
A: (Da unas vueltas por la librería con algunos libros en la mano mientras lee la contraportada de Los de abajo. Se dirige conmigo) Yo creo que este no me lo llevo. No se ve como que me vaya a gustar.
Y: No te preocupes.
A: Voy a seguir viendo más libros, mientras recomiéndame algo de poesía.
Y: (Busco unos libros y cuando la busco para entregárselos ya está pagando en caja) Están también estos.
A: ¡Ay! Discúlpame, ya me tengo que ir. Pero recuérdalos (suelta un guiño) porque volveré. Gracias. (Sale de la librería. El chico que realiza el aseo me informa de quien era ella).